NOVEDADES
31
2004mayo
UN RUMOR MUNDIAL
Cuándo las provincias tienen miedo de ganar
He decidido, por una vez, hacer una intervención que no se ocupará del festival de Londres, Berlín, Chicago o Boston.
Esta vez quiero aprovechar la ocasión para dar unas cuantas patadas en el culo a lo músicos que viven en una provincia de Italia, Francia o España.
Habréis comprendido que hoy me he levantado polémico, así que si vivís en una provincia o si sois sensibles será mejor que vayáis a llorar sobre otro hombro...
Ahora todos saben y, la historia del festival lo demuestran, que en las provincias de Europa hay bandas interesantísimas. De echo, ha sido Emergenza quien a arrancado a los NO RADICAL CHANGE del depresivo Livorno y los ha llevado de tour por Alemania o bandas de Gerona o grupos del profundo Ontario para llevarlos a Europa.
Pero, ha excepción de estas contadas excepciones valgan la redundancia, digamos la verdad, las cosas más activas y los mejores grupos crecen en las ciudades.
¿Por qué? ¿Sólo por qué hay muchas más oportunidades? No es siempre verdad. Es más, Emergenza es la prueba de cómo una banda de Gerona tiene las mismas oportunidades de promoción que una de Filadelfia o de Hamburgo.
La mayor parte de bandas ciudadanas responden mejor por un motivo bien simple, porque creen en ello. Quizá vivir en una provincia o en un pueblo sea un veneno. Lo es para muchos músicos que, quizá porque no se los toman en serio los amigos del bar, no son capaces de tomarse en serio a ellos mismos.
En fin, habrá algún motivo para que en un lugar como Cesena o Bilbao, donde el festival tiene lugar en locales preciosos, con el mejor backline de Europa, las bandas son, casi en su totalidad más amorfas que un mejillón cocido.
No es que no sepan tocar, es que tienen el típico perfil/destreza de quien, por miedo de ser objeto de los típicos lazos de los baretos, acaban por asumir una actitud de superioridad defensiva que garantiza el fin de cualquier proyecto.
No creo que sea un único caso, en Lille o en la baja Sajonia, en Taranto o en el País Vasco se encuentra el mismo miedo de entrar dentro del juego de exponerse sacando el corazón más allá de los obstáculos.
Se prefiere esperar a que alguien te de una prueba que, quizá, puedes creer.
Y entonces llega la lista de las lamentaciones y de las quejas: ‘Aquí nunca sucede nada’, ¿no hay sitios para tocar’, ‘Si hubiera nacido en Londres sería distinto’. O los clásicos: ‘la gente no vienen a los conciertos porque el billete es demasiado caro’. Y si el concierto es gratuito: ‘no se ha hecho suficiente publicidad’. Y si se ha hecho publicidad: ‘si, es que era un día de fiesta’. Y si el concierto es en un sábado: ‘el sábado es difícil porque todos tienen otra cosa que hacer’. Etc.
En resumen, ¿de verdad creéis que si u manager de un club de Villarriba o Villabajo pensara que puede llenar un local con una buena banda decidiría de no hacerlo? ¿A quién le toca forzar par que el ambiente se revitalice? Y sobretodo, ¿a quién le interesa moverse para que esto suceda? De verdad creéis que una banda de París o de Berlín lo tiene más fácil que un grupo de Gotemburgo, Nápoles o Southampton para traer gente a un concierto?
Entonces, ¡con Emergenza o sin Emergenza haced algo! Buscad la manera de traer a gente. Mientras que vuestro potenciales fans estén encerrados en casa o se vayan al cien o a la serán sólo las teles, los cines y los dj quienes dispongan de todas las oportunidades.
Dejad de llorar y empezad a moveros. Si lo hacéis con Emergenza o autónomamente es indiferente. Con Emergenza al menos los riesgos económicos los cubre otro. Si lo hacéis solos y sois capaces de organizar vuestro concierto ¡Enhorabuena!
La única cosa de la que hay que huir como la peste es quedarse sentados lamentándose... esto si que mata la música.