Este accidente, rápidamente, se ha convertido en una oportunidad para que el hombre de enfrente cante y toque la guitarra para sí mismo...¡Vaya voz! Esta preciosa introducción para la segunda canción en el escenario ha sido un golpe de genialidad. Tremendo el momento en el que el ritmo empieza a entrar. Simplemente precioso. Una gran puesta en escena con canciones espectaculares cantadas con pasión y convicción.
¡Brillante comienzo!

